La noche del viernes 14-5-1955, seis niños, del equipo de fútbol del barrio, jugaban en la fuente situada en el centro. Debajo de la plaza, y en dirección hacía la ladera del río, había un refugio construido durante la Guerra Civil y que nunca llegó a utilizarse, ya que la ciudad no fue bombardeada. De pronto se abrió un enorme cráter en el centro de plaza de 7×5 metros, producido al derrumbarse el techo del cuadro de escaleras de acceso al refugio, justo debajo de la fuente y engullendo rapidamente a los niños.
Se trabajó intensamente en la búsqueda angustiosa de los chicos. Brigadas especiales, vecinos y bomberos no lograron llegar hasta ellos hasta el lunes a las diez de la noche. El equipo de rescate al acceder al refugio por la entrada del río encontraron a los seis niños, dos vivos en lamentable estado y cuatro sin vida.
El suceso causó una gran conmoción en el pueblo siendo masiva y multitudinaria la asistencia al entierro de los vecinos de Elche. Sus nombres José Canals, Jacinto Agulló, Vicente Arronis y Rafael Palao. Podemos considerar a estos muchachos las últimas víctimas inocentes de la Guerra Civil.