Tras la conquista de Elche por Jaume I (Siglo XIII) la población musulma ilicitana fue trasladada a lo que hoy es el barrio del Raval de Sant Joan, nombre que tomó cuando en 1526 fueron bautizados los moros de Elche y su mezquita bendecida bajo la advocación de San Juan Bautista. Allí permanecieron hasta que en 1609 fueron expulsados y sus propiedades repartidas entre la gente pobre de la Vila Murada que repobló el barrio.
En el año 1655 el barrio del Raval contaba con su propio Ayuntamiento (situado en la plaza Mayor donde ahora se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo). Así fue hasta que en 1827 se suprime el Ayuntamiento y el Raval pasa a ser un barrio más de Elche.
Entonces el barrio estaba limitado por las calles Ángel, Filet de Fora, Marededéu de l’Assumpció, bajando por la calle Estrella hasta el límite oeste que corresponde al río Vinalopó.
Ya en los años 20 del pasado siglo se comienza a edificar la parte sur del barrio en lo que antes era el huerto de la Tripa, de ahí el nombre por el que se conocía esta zona. A mitad del siglo XX también se abrirán nuevas calles que conectarán el Raval con la Vila como la de Juan Ramón Jiménez (1957) que llega hasta la plaza Mayor.
El Raval tradicionalmente ha estado habitado por gente humilde y trabajadora siendo uno de los barrios más característicos de la ciudad. Antaño muchas de sus casas tenían palmeras dentro del patio como posible reminiscencia por haber sido anteriormente huertos. Con el desarrollo económico y urbanístico de la ciudad, en los años 60 y 70, muchos de sus residentes se trasladaron a otras zonas de nueva creación siendo reemplazados por inmigrantes procedentes del sur y centro de España.
En los 80 el barrio se encontraba en una situación de abandono y degradación urbanística y su población estaba muy envejecida. El Ayuntamiento empieza a intervenir con la construcción de edificios de protección oficial, creación de dotaciones y espacios públicos. La mayor parte de las edificaciones tradicionales han sido sustituidas y la trama urbana ha cambiado la imagen histórica pero el barrio ha recuperado vitalidad y es apreciado por mantener un ambiente tranquilo y residencial en pleno centro de la ciudad.
Hay una canción popular que menciona una zona del Raval, la Teulera, desaparecida en la década de 1980 que se situaba en la rambla del río. Era un asentamiento de viviendas de autoconstrucción que tomaba su nombre de la fábrica de cerámica situada en sus inmediaciones.